WITCHRITE
La velocidad no es brujería, sino simplemente una cuestión de práctica y experiencia.
Al menos con este combo, que lleva viajando con la misma formación desde 2007.
Mientras otros guitarristas buscan desesperadamente el octavo traste en el thrash metal o el punk de alta velocidad, su colega de Gorzów Wielkopolski tiene el tiempo libre para sacudir la cabeza mientras su mano izquierda se desliza infaliblemente por el mástil del instrumento. El bajo se puntea con precisión y no se golpea simplemente con la púa. A pesar del tempo del TGV, hay una relajada despreocupación en la batería que recuerda más a un concierto de swing en los jardines del balneario. ¿Y las voces? Cuesta creer que esta gama (desde gruñidos hasta gritos espeluznantes) provenga de una misma laringe. Será un concierto que encaja en el Rössel como un guante.
Viernes
Goldenes Rössel