El bajo es conciso e impulsivo, la voz principal cambia de un lado a otro según la canción, la guitarra es sucia y exigente y la batería traquetea como es debido. Todo está en la zona verde. No son demasiado tímidos para unos cuantos hoo-hoo de fondo (más suaves que los Beach Boys). Puke Punk con una pizca de Rock ‘n’ Roll.
Viernes
Caballo dorado